Refranes, frases y dichos del tomate

En este post queremos unir todas aquellas frases, refranes y dichos sobre el tomate.

Como ya sabéis el tomate es originario de los países americanos y se introdujo en España a principios del siglo XVI junto al maíz, la patata, el chile y la batata.

Pese a que la aceptación del tomate en Europa fue escasa por aquel entonces porque se le relacionaba con plantas venenosas, su protagonismo fue creciendo a medida que fue desapareciendo esta creencia.

En el siglo XVIII, el tomate ya era un producto muy popular y muy consumido con lo que pasó a formar parte del refranero de muchos países.

El tomate iba de boca en boca y por ello queremos recuperar algunas frases que destacan las propiedades y beneficios de este alimento, indispensable, a día de hoy, para la gastronomía mundial.

El tomate puede consumirse fresco (en ensaladas, bocadillos, jugos...) o procesado (salsa de tomate, ketchup, polvo de tomate...). Veamos algunas riquezas del refranero en español.










Oda al Tomate de Pablo Neruda

El poeta chileno Pablo Neruda, seudónimo de Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, está considerado uno de los mejores artistas y de los más influyentes del siglo XX.



Entre sus múltiples reconocimientos, destacan el Perimo Nobel de Literatura en 1971 o un doctorado honoris causa por la Universidad de Oxford.

De entre sus obras literarias destacan: Veinte poemas de amor y una canción desesperada; Residencia en la tierra; España en el corazón o los Versos del capitán. 

Junto a obras de gran envergadura, Neruda también dedicó tiempo a escribir sobre el tomate: Oda al tomate, un poema de verso libre en el que se sirve de los cinco sentidos para describir la fragancia del tomate, su sabor jugoso y fresco, su intenso color rojo, su suave textura, su rico jugo e incluso hasta la añoranza por el tomate cuando en diciembre no podemos comerlo.

Si nunca has tenido la oportunidad de leer esta magnífica oda, ahora es el momento.



Oda al tomate

La calle
se llenó de tomates,
mediodía,
verano,
la luz
se parte
en dos mitades
de tomate,
corre
por las calles
el jugo.
En diciembre
se desata
 el tomate,
invade
las cocinas,
entra por los almuerzos,
se sienta
reposado
en los aparadores,
entre los vasos,
las mantequilleras,
los saleros azules.
Tiene
luz propia,
majestad benigna.
Debemos,
por desgracia,
asesinarlo:
se hunde
el cuchillo
en su pulpa viviente,
es una roja
víscera,
un sol
fresco,
profundo,
inagotable,
llena las ensaladas
de Chile,
se casa alegremente
con la clara cebolla,
y para celebrarlo
se deja
caer
aceite,
hijo
esencial del olivo,
sobre sus hemisferios entreabiertos,
agrega
la pimienta
su fragancia,
la sal su magnetismo:
son las bodas
del día,
el perejil
levanta
banderines,
las papas
hierven vigorosamente,
el asado
golpea
con su aroma
en la puerta,
es hora!
vamos!
y sobre
la mesa,
en la cintura del verano,
el tomate,
astro de tierra,
estrella
repetida
y fecunda,
nos muestra
sus circunvoluciones,
sus canales,
la insigne plenitud
y la abundancia sin hueso,
sin coraza,
sin escamas
ni espinas,
nos entrega
el regalo
de su color fogoso
 y la totalidad
de su frescura.

Magnífica esta oda que pone de manifiesto la belleza del tomate ¿Qué te parece?

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