Cómo cultivar tomates




¿Cómo cultivar tomates grandes y jugosos, aromáticos, sin manchas y llenos de sabor? Es muy sencillo, sólo tienes que seguir una serie de consejos para saber cómo cultivar tomates en casa y disfrutar de todo su sabor en verano.

Antes de nada, hay que resaltar que los tomates necesitan mucho sol, son plantas heliófilas. Un clima templado tirando a cálido es idóneo. La temperatura óptima oscila entre 20 y 24º C, por ello puede cultivarse tanto al aire libre como en invernaderos, donde aumenta la producción.

También necesitan mucha agua, con lo que deberás regar las plantas todos los días. El suelo debe ser blando, profundo, fértil, estar abonado y enriquecido con materia orgánica para que el cultivo de nuestros tomates sea una grata experiencia.

¿Qué necesitamos?

Antes de iniciar el proceso de cómo cultivar tomates, necesitamos tres cosas antes de nada:
Semillas. Tienes dos opciones: comprar los plantones en centros de jardinería (es la planta del tomate pequeña en bandejas) o bien seleccionar las semillas tú mismo en casa.

Si decides seleccionar tú las semillas, escoge unos tomates bien maduros, pártelos por la mitad y extrae el jugo con las semillas en un vaso. Durante tres días, las semillas tienen que estar en el vaso para fermentar. Trascurrido ese tiempo, lávalas y los tres días posteriores serán para su secado.

Tierra. La puedes mezclar con moho, estiércol o fertilizantes o directamente, comprar sacos de tierra que aportan sustratos especiales.

Maceta: necesitas un recipiente como una maceta, bandejas de semillas u otros plantadores de unos 50 centímetros de profundidad y de diámetro y con agujeros en la base. Es aconsejable que la maceta para cultivar tomates sea de plástico.

¿Cuándo y dónde?

Los meses de la siembra varían según el lugar en el que vivas. En España, la época idónea es a finales de febrero y principios de marzo, pero si vives en zonas muy frías, espera un poco más para sembrar.

Desde febrero hasta junio se pueden cultivar tomates, pero recuerda que las semillas debes sembrarlas dos meses (en diciembre, aproximadamente) antes cuando las temperaturas son más elevadas.

El tomate puede ser cultivado en muchos tipos de tierra, pero será mejor que sea tierra fértil y seca. El pH recomendado gira en torno a 6. Asimismo, podemos mejorarla con materiales orgánicos como el estiércol. Si la tierra es arenosa podemos utilizar también fertilizantes.

La ubicación será esencial para su crecimiento por lo que debemos asegurarnos de que el lugar es cálido y le da la luz.

¿Cómo cultivar tomates?

Ahora sí que vamos a entrar de lleno en la materia de cómo cultivar tomates, así que anota bien los pasos.

Lo primero, preparar la maceta. En ella echa la tierra con un sustrato de calidad hasta la mitad. Añade un poco de agua y esparce las semillas separadas entre sí (unos cuatro centímetros de separación). Después, rellena el resto de la maceta con la tierra restante que puedes mezclar con fertilizantes.

Las semillas tendrán que estar a un centímetro (cm), aproximadamente, de profundidad y puedes cubrir la jardinera con un plástico, pero siempre manteniendo la ventilación y sin tocar el sustrato.
Para que crezcan con fuerza, ponla al sol directo, como mínimo seis horas y controla su riego.

Cuando la planta alcance, más o menos, los 15 cm de altura y deje ver sus primeras hojas, ha llegado el momento de trasplantarla a su lugar definitivo.

Los cuidados de esta planta son mínimos, pero no te olvides de regar la planta a diario y de que esté en un clima cálido. Solo así podrás gozar de tomates de calidad.

Cómo recolectar tomates

Recolectar tomates es muy sencillo, pero hay que tener cuidado para evitar daños en la planta. Los tomates se recogen mediante un corte nítido donde se unen el tallo y el pecíolo.

Para que se mantengan todas las propiedades del tomate, es aconsejable recogerlos cuando tienen color, pero sin estar maduros del todo. Tienes que tener en cuenta que si recoges frecuentemente tomates, se acelera el desarrollo de los que quedan en la planta, mientras que los cortados maduran con rapidez en el interior.

Plagas y enfermedades

Para evitar posibles plagas y enfermedades en el cultivo de tomates lo mejor es la vigilancia constante. Las plagas más comunes son orugas, trips (insectos alargados) pulgones (áfidos) y anguílulas del tomate, mientras que en el invernadero, también pueden verse afectados por la mosca blanca y los ácaros.

Poda

Hay que despuntar regularmente cualquier brote lateral que se forme en las axilas de los tallos con hojas. El ápice vegetativo se despunta sólo cuando hay cantidad suficiente de racimos con frutos. En climas frescos, se despunta el ápice vegetativo de las variedades fusiformes de exterior por encima del racimo superior, una vez que se han formado cuatro o cinco de éstos. En climas muy calientes o en invernadero, puede dejarse qué la planta forme ocho o diez racimos.

Como ves, el tomate no sólo es una hortaliza muy saludable repleta de vitaminas y minerales, sino que además, su cultivo es muy sencillo y cómodo, por no hablar de su consumo que es muy variado. Puedes consumirlo, crudo o cocinado, en salsas, zumos o derivados y transformados de tomate.

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