Las granadas, las semillas de calabaza, el té verde, las
bayas de goji y, más recientemente, las remolachas se han impulsado hasta
posicionarse en la parte superior del árbol de súper alimentos. Sin embargo, el
tomate es el gran olvidado en esta pirámide de superalimentos.
Los tomates contienen altos niveles de betacaroteno, un
antioxidante que refuerza el sistema inmunológico y ayuda a mantener la piel y
el revestimiento de los tejidos sanos. Están llenos de flavonoides
antioxidantes y vitamina E, que son esenciales para la salud del corazón y son
una buena fuente de potasio.
Un tomate de tamaño mediano proporciona el 50% de la dosis diaria
recomendada de vitamina C. No contienen ácidos grasos saturados, son bajos en
sal, almidón y azúcares, tienen un alto contenido de fibra dietética y tienen
un bajo índice glucémico.
Pero eso no es todo. Los tomates son la fuente más rica de
un antioxidante excepcionalmente potente llamado licopeno, el pigmento que les
da su color rojo intenso. Una sola molécula de licopeno puede neutralizar 13
radicales libres que, si se les permite acumularse, pueden causar daño celular
y desencadenar un cáncer, lo que es el doble del poder que destruye los
radicales libres del betacaroteno, otro poderoso antioxidante.
La cantidad de licopeno en un tomate varía según la
variedad, pero los tomates de color rojo oscuro son los mejores: pueden
contener 50 mg de licopeno por kilogramo.
Cocinar y procesar tomates es una forma fácil de aumentar la
ingesta, ya que concentra el licopeno. El análisis de la dieta mediterránea,
que mantiene a las poblaciones del sur de Europa comparativamente saludables,
sugiere que cocinar tomates con aceite de oliva mejora aún más su potencia.
El licopeno y el betacaroteno se descomponen por
calentamiento y son solubles en aceite, pero no en agua, por lo que cocinar
tomates en aceite de oliva prepara estos químicos beneficiosos perfectamente
para que el cuerpo los absorba. Un estudio italiano demostró que la absorción
de licopeno era más de tres veces mayor cuando se consumía en salsa o pasta de tomate que en tomates crudos.
El licopeno desempeña otras funciones en la prevención de
enfermedades. Tres estudios independientes concluyen que puede suprimir la
producción de una hormona de crecimiento similar a la insulina llamada IFG-1,
que se produce en el hígado y estimula el crecimiento y la propagación del
cáncer de próstata y de mama.
Otra investigación sugiere que el licopeno puede mejorar la
comunicación química entre las células, lo que ayuda a regular el crecimiento
celular inusual e incluso puede revertir el proceso por el cual un tumor se
vuelve maligno. Un estudio de laboratorio encontró que tiene un efecto similar
a los medicamentos para reducir el colesterol, las estatinas.
Si todavía no te has decidido a incorporar el tomate en tu
dieta diaria, no esperes más. Ya que además de un rico sabor, estarás cuidando
tu salud con este súperalimento.
- 13:10:00
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